El 25 de abril de 1998 la negligencia y dejadez de Boliden dejaban escapar 8 hm³ (16 millones de cervezas) de metales pesados muy contaminantes y con alta acidez.La balsa estaba en pocos km de río Guadiamar en el preparque de Doñana.
La actuación de algunos técnicos de la Junta de Andalucía fue determinante para que la este líquido altamente contaminante (sobretodo cobre y cadmio) no llegara al Parque Natural de Doñana, a pesar de esto se recogieron 30 mil kilos de peces muertos y 220 kg de cangrejos asfixiados.
Tengo la suerte se conocer a algunos de estos técnicos, con algunos de ellos compartí durante dos años la experiencia de formar a 50 expertos en la gestión de vertidos en el litoral junto a la Universidad de Cádiz.
Ahora el tribunal supremo anula el acuerdo de obligar a Boliden (empresa sueca que actualmente está en fase de liquidación) de reembolsar los costes asumidos por la Junta que se encargó de recuperar la zona. Tras las primeras horas de tratar de que el agua no llegara a Doñana los siguiente años la Junta asumió la descontaminación del espacio, neutralizar la acidez, añadir materiales para fijar los metales pesados y sembrar plantas que absorban los metales, recolectar y almacenar periódicamente así como prohibir el uso de la utilización agrícola y de pesca.
En esta actuación no se tiene en cuenta que quien contamina paga.
Espero que al menos esto sirva para algo porque tenemos otros “riesgos” que habrá que tener en cuenta, como Cobre las Cruces, balsas de fosfoyesos…, y tiene que servir para tomar las medidas oportunas:
- Acabar con el servilismo de la Administración Pública con las multinacionales, se llame Boliden o Ikea (vaya las dos son suecas).
- Exigir ya a las empresas, que trabajen sobre riesgos similares, unas medidas cautelares con la fijación de una fianza, ya sabemos lo que nos cuesta.
- Modificar el Código Penal para cubrir los posibles vacíos legales.
- Que siempre se cumpla el principio de quien contamina paga.