Artículo publicado en https://triclab.es/
El periodismo sufre una grave crisis económica y de credibilidad que cuesta valorar cuál es más grave. Mientras graves problemas socioambientales se ciernen sobre la especia humana, especialmente el cambio climático en este cambio de época que provoca grandes migraciones, revoluciones ciudadanas, la crisis energética acrecentada desde el accidente de Fukushima, la extinción masiva de especies animal… En este contexto de sociedad global interconexionada e interdependiente asegura incertidumbres y desigualdades entre ricos y pobres.
En toda esta incertidumbre quedan espacios para la libertad, la sensatez y la esperanza frente a los riesgos planteados para pasa por un empoderamiento y toma de conciencia de dimensiones globales, sociales y políticas, para, como indican Vicent Gonzálvez y Paloma Contreras, reforzar la libertad, la autonomía crítica y la participación de los ciudadanos en cuestiones políticas, sociales, económicas,ecológicas e interculturales partiendo de un buen uso de los medios y la tecnología comunicativa.
En esta consideraciones la Educación Ambiental pretende,entre otros objetivos, promover la acción pro-ambiental entre individuos y grupos sociales; una acción informada y decidida a favor del entorno y hacia una sociedad sostenible, realizada en el contexto vital de los ciudadanos:hogar, trabajo, escuela, ocio y comunidad. Es decir, que la educación ambiental se convierte en incómoda, al promover hacia los medios de comunicación social la responsabilidad de educomunicar.
La Web 2.0, a través de las redes sociales como Twitter, Facebook o Youtube, permiten acelerar este proceso para la educomunicación dado que se puede acceder de forma sencilla, en cualquier lugar y en cualquier momento desde la tecnología móvil encabezada por los smartphones. Las redes sociales se han convertido en espacios para el debate, cierto que demasiadas veces con mucho ruido, puntos de encuentro para desarrollar pensamiento crítico, un encuentro capaz de promover un futuro más equitativo y saludable para todas y todos.
Con una ciudadanía confusa, la educomunicación ambiental debe dar un paso más allá de la información, que en muchas ocasiones es insuficiente, es necesario la sensibilización, la formación, la capacitación y la educación para lograr que cada destinatario sirva para el objetivo trazado.Es responsabilidad tanto de las educadoras ambientales como de las informadoras ambientales ser capaces de capacitar a las personas para que analicen de forma crítica toda esa información que reciben, para ello hay que innovar en comunicación, crear nuevos enfoques y aprender de otras disciplinas como la psicología o el marketing. Las educadoras ambientales salimos cada día a la calle y nos enfrentamos a una realidad que cambia constantemente y a una sociedad que tiene múltiples maneras de verla y afrontarla, y ante esta situación debemos hacer un mayor esfuerzo en investigar y evaluar para mejorar, con el fin de adaptarnos mejor a un contexto en continuo cambio. Hemos de conocer mejor la realidad ambiental local, regional y global y sus interconexiones, qué conocimientos, actitudes y comportamientos muestra la ciudadanía ante el medioambiente y qué factores influyen en ellos, todo ello con el fin de mejorar nuestras intervenciones.

A la Educomunicación ambiental le queda traquetear, como dice la RAE: “Moverse o agitarse [una cosa] repetidamente produciendo ruido”, seguir mostrando tozudez y lograr que muchas personas quieran seguir un camino que, a pesar de ser pedregoso, es muy necesario. Algunos ejemplos de cómo traquetearlo muestran en las redes sociales a través del Hashtag #EA26 que cada día 26 debate en Twitter diferentes enfoques, retos y limitaciones de la #EducaciónAmbiental aunque cada vez se acercan más comunicadores, aunque esa diferenciación es cada vez más compleja dada la relación sináptica que existe entre uno y otro espacio.
Son necesarios lugares de encuentro físicos o virtuales, necesitamos manos y cabezas que procuren que la educación y la comunicación ambiental y los principios que la mueven no acaben almacenadas en viejas páginas de libros y recuerdos del pasado o simplemente utilizada como herramienta de marketing verde. La educación ambiental es crítica y constructiva, la educación ambiental es participativa y democrática, la educación ambiental es actual.
A lo largo de este primer documento se pretende la definición de un proceso de educomunicación para el empoderamiento socioambiental, para ello es necesario aprender a ver y leer los medios para seguir la realidad social desde los propios medios de comunicación, como indica Ignacio Aguaded , en este proceso la imagen se ha convertido en un elemento clave para la transmisión de ideas y el marketing, por lo que es necesario educar la mirada para evitar fenómenos como el Greenwashig o apropiarse de documentales como Contramarea de María Iglesias y Carlos Escaño.
Un comentario en “LA EDUCOMUNICACIÓN AMBIENTAL COMO HERRAMIENTA PARA TRAQUETEAR”