El pasado día 30 de septiembre se presentó en Sevilla el último número del periódico EL TOPO TABERNARIO, en el espacio cooperativo El Gallo Rojo.
En el tema de este recomendable número es la Educación, y allí acudieron más de 60 personas con ganas de entrar a opinar sobre el tema, la organización del evento planteó la pregunta de si se están cumpliendo los objetivos de la educación.
Y ya desde el inicio quedó claro que en esto de la educación hay que ir con cuidado en el lugar en el que te posiciones, si el objetivo es lograr que las niñas lleguen a la Universidad que posibilite el acceso a un empleo, entonces los objetivos de la OCDE sí se están logrando.
Cuando la OCDE plantea que el 40% de los habitantes de la OCDE debería tener estudios terciarios (educación superior o universitaria) en 2020, ya en 2015 prácticamente ya se había alcanzado este dato y muchos países lo sobrepasan en mucho (OCDE, 2016).
Y que la edición de 2016 del informe Smarter, greener, more inclusive? (Eurostat, 2016) se recoge el estado de los objetivos Europa 2020 y en el que ya se observa que se ha alcanzado en muchos países. Para lograr este objetivo poco importa que nos encontremos ante un enfoque transmisor de los patrones culturales y sociales hegemónicos y establecidos por el poder y el establishment.
Hay que estar atentos a esta realidad de la OCDE porque no solo iguala en el porcentaje de sujetos que deben tener estudios superiores si no que también pretende una igualdad en los conocimientos como demuestra la estandarización de las evaluaciones como PISA y que como indica Gentili: «La OCDE imbeciliza el concepto de conocimiento» (Gutiérrez-del-Álamo, 2016).
En 2016 nos encontramos ante una escuela que poco ha cambiado, al menos no desde la 2ª Guerra Mundial:
Sin embargo, si el objetivo de la educación es la idea freireriana de una educación transformadora de la sociedad (Freire, 1970), este objetivo no se está logrando con los sistemas educativos actuales, ni en Finlandia. Hay que entender la capacidad de una pedagogía crítica en la que la educación no es neutral, la sociedad puede ser transformada mediante el compromiso de personas conscientes y críticas y la conexión a través de la práctica entre la educación liberadora con la transformación social (Boyce, 1996). Es decir, en un verdadero enfoque transformador la educación se debe centrar en crear las condiciones de aprendizaje para formar ciudadanos capaces de asumir su propio poder convirtiéndose en agentes críticos en y con la sociedad.
Y en este punto… ¿Alguien en la sala cree que la educación estatal es transformadora?, pues eso…
Recursos:
Boyce, M. (1996). Organizational story and storytelling: a critical review. Journal of Organizational Change Management, 9(5), 5-26.
Eurostat (2016). Smarter, greener, more inclusive — indicators to support the Europe 2020 strategy. doi: 10.2785/101636.
Freire, P. (1970). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.
Gutiérrez-del-Álamo, P. (2016). La OCDE imbeciliza el concepto de conocimiento. El diario de la educación.
OECD (2016). Education at a Glance 2016.