Comparto con Toret (2013: 41-42) la definición de tecnopolítica como el uso táctico y estratégico de las herramientas digitales por identidades colectivas online para la organización, comunicación y acción colectiva. Se refiere a una serie de prácticas colectivas que pueden darse o partir de Internet (ciberactivismo), proponiendo como ejemplo el #15M, para el que las redes no sirvieron únicamente para construir o coordinar la acción colectiva sino también para tejer el sentido de la propia acción y crear un impulso transformativo en diferentes grupos y sectores sociales. Algunos enterraron demasiado pronto el#15M, esos que hace años que viven alejados de la realidad desde sus coches oficiales y sus despachos insonorizados.
Con esta visión clarividente Íñigo Errejón (@ierrejon) ha desarrollado una campaña desde el ciberactivismo que ha situado a la PODEMOS, la organización que mejor ha entendido la indignación que recorre a la ciudadanía y que apoyada por la televisión ha lograda ser la gran sorpresa de las elecciones europeas.
Ugarte (2007: 14 y 29) concibe al ciberactivista como una enzima del proceso por el que la sociedad pasa de organizarse en redes jerárquicas descentralizadas a ordenarse en redes distribuidas básicamente igualitarias, en las que nadie depende de nadie en exclusiva para poder alcanzar a otro cualquiera con su mensaje. No existen filtros, todo conecta con todo. En esta línea, Howard Rheingold (2002:13) acuñó el término Smart mobs (Multitudes inteligentes) para referirse a aquellos “grupos de personas que emprenden movilizaciones colectivas gracias a que un nuevo medio de comunicación posibilita otros modos de organización, a una escala novedosa entre personas que hasta entonces no podían coordinar tales movimientos”
Y esa ha sido una de las grandezas de los pequeños partidos, ser capaz de localizar a las multitudes inteligentes y ponerlas en común desde las plazas y desde las redes, desde las redes hasta las plazas.
En palabras de García Canclini los prosumidores hemos desdibujado las fronteras entre producción y consumo, sin que parezca que el “intercambio de roles y las parciales experiencias de alteración del orden tradicional de producción-circulación-consumo señalen el único sentido del cambio” (García Canclini, 2012:12). Internet es una herramienta horizontal que permite la comunicación horizontal sin control, por mucho que se empeñen desde el poder establecido, aún creen que pueden controlar los medios, pero estos han cambiado de manos, ahora los ciudadanos son nodos de información y comunicación, ahora tienen la posibilidad de escribir historias en primera persona. Youtube se ha convertido en un canal sencillo donde contar desde cómo anudar una corbata a «producir» un líder mediático. Facebook como herramienta de difusión popular y twitter como herramienta común de participación directa en la comunicación. Pero hay más, n-1, etherpads, Elgg, Pynax, Crabgrass, Lorea… Ya no se le puede poner puertas al campo.
Y lo tenemos a nuestro alcance con las “Comunidades de Creación Online” las cuales se diferencian respecto a otros tipos de comunidades en red en que tienen como objetivo la construcción colaborativa de recursos informacionales y de conocimiento. En este sentido, se trata de comunidades productivas dado que la interacción entre los individuos no es un fin en sí mismo sino que va encaminada a la construcción de un recurso común (Fuster Morell, 2011: 229).
En resumen, Internet se trata de una herramienta tecnológica funcional al hacer político en el siglo XXI en la organización, forma de trabajo, sociabilidad y comunicación y quién no lo entienda continuará en el s.XX encaminado a la desaparición, vivimos en nuevo mundo que mira hacia delante, el viejo no volverá, la crisis es sistémica. Quien lo sepa entender recogerá al 50% de «abstencionistas» que aún no se acercan a las urnas y que aún esperan ser partícipes de la POLITEIA, de la RES-PÚBLICA.
Referencias:
Fuster Morell, M. (2011). Acción colectiva a través de redes online: Comunidades de Creación Online para la construcción de bienes públicos digitales. Redes.Com, Nº 6, 229-247.
García Canclini, N. (2012). Jóvenes, culturas urbanas, y redes digitales. Prácticas emergentes en las artes, las editoriales y la música. Madrid: Ariel-Fundación Telefónica.
Rheingold, H. (2002). Multitudes Inteligentes. La próxima revolución social. Barcelona: Gedisa.
Toret, J. (2013) (coord). Tecnopolítica: la potencia de las multitudes conectadas. El sistema-red 15M como nuevo paradigma de la política distribuida. Internet Interdisciplinary Institute (IN3) UOC (http://www.uoc.edu/ojs/index.php/in3-working-paper-series/article/view/1878/n13_toret) (17 de mayo de 2013)
Ugarte, David De (2007). El poder de las redes: Manual ilustrado para ciberactivistas. Barcelona: El Cobre.