Después de 30 años en el que el genial Gabo diera forma a su “Crónica de una muerte anunciada”, llegó el fundido en negro, la muerte al canal televisivo autonómico valenciano. Una de esas televisiones autonómicas que llegaron a muchos hogares cuando creíamos que la cultura, la lengua, las tradiciones y las costumbres, los paisajes, la naturaleza, las ciudades y sobre todo las personas invisibles tendrían un espacio donde hacerse visible. Creíamos que una televisión pública promocionaría a los, a las invisibles, para poder ponerles cara, voz, forma.
Pero las televisiones autonómicas, las públicas en general fue una continuación del poder, un tentáculo más, muchas veces el más poderoso, el que se utilizaba para mentir, para manipular, para ocultar la verdad y encumbrar a un político concreto. En eso se convirtieron las televisiones públicas en el escaparate perfecto para los políticos, así podíamos ver en prime time los comentarios de los presidentes autonómicos, al portavoz de la oposición, minutos y minutos del “y tú más” o del “tú la tienes más corta”….. como si eso le importase a la gente.
Mientras esas televisiones autonómica metían a uno parlanchines en nuestros hogares todos los días invisibilizaban duras realidades, personas de carne y hueso que lo pasaban mal, hambre, sexualidad, inmigración, abusos, que no les importaba a nadie,… primero porque una rueda de prensa de un político llena la sala de calefacción o aire acondicionado y croquetas, mientras que ir a buscar a la calle a personas que rebuscan en un contenedor o que duermen en la calle tiene riesgos….
En esas televisiones públicas entraron a trabajar periodistas y cámaras de televisión, realizadores y administrativos, pero sobre todo era un espacio donde los políticos que querían salir guapos en la tele colocaban en su entorno cercano a directores y asesores, entre otros cargos con sueldos millonarios. Se colocaron a gestores que han llevado a en las televisiones públicas a la quiebra con grandes eventos y contratos sospechosos y millonarios. En lugar de despedir a los gestores ineptos se planteó despedir a trabajadores honestos.
Hablo en pasado porque esto es lo que ha ocurrido, en el siglo XXI, con un país democrático, la policía entró en el canal autonómico Canal 9 para cortar la emisión aprobada por Les Corts valencianes, en una decisión más cercana a la dictatorial que a la democracia, mostrando al mundo la marca que rige en España.
Escuché a Monegal decir que antes a los periodistas de les llenaban los bolsillos de croquetas y ahora se ha sustituido por el salario del miedo»
«Hemos cambiado las croquetas por el salario del miedo» @MonegalFerran, resumen de la situación del #periodismo en España en #CartaDeAjustes
— Dani R. (@drotorrent) noviembre 29, 2013
Está todo dicho.
En las últimas horas hemos vivido el patético final del cierre de Canal 9 a manos del Partido Popular, que gobierna tras 18 años de mentiras, manipulación, financiación ilegal … pero tienen calculado que la corrupción, del tipo que sea, no pasa factura electoral. Y en esto los ciudadanos tenemos parte de culpa, por consentir que hayan estado casi 20 años gobernando.
El cierre de Canal 9 no alivia los pagos a la banca de millonarias deudas, sólo pone en el paro a 1.700 personas que han luchado hasta el último momento por su puesto de trabajo.
Canal 9 tuvo un final emotivo, un final que le permitió tener la máxima audiencia de toda la historia del canal, momentos finales protagonizados por los comentarios emocionados de Xelo Miralles y Abel Campos.
Y mientras esto ocurría, se procedía a la reunión del Consell, esta vez lejos del foro mediático, en Ibi, entre protestas pero muy alejados de la sociedad.
Es evidente que es una catástrofe que una televisión cierre, es un ataque directo al modelo democrático, a los invisibles. Pero es más patético ver que los ciudadanos no salgan a la calle en masa, es patético que los periodistas de la comunidad valenciana sigan acudiendo a ruedas de prensa, actos y promociones de los ladrones y sus compinches.
El cierre de una televisión a través de un juez y la policía, aprobado por la mayoría absoluta del PP en las cortes, está más cerca de regímenes dictatoriales que a sistemas democráticos. Es evidente que es momento de hablar de un anticipo electoral.
Un comentario en “Canal9, una televisión como pollo sin cabeza.”