Estos días he seguido por internet un evento sobre educación que ofrecía la posibilidad de seguirlo a través de streaming y a través de un Hashtag para el debate, hasta aquí todo bien, personas de relevancia nacional, expertos en la universidad y con mucho que contar.
Todo preparado para que el evento tenga cierta repercusión, hasta 400 jóvenes universitarios inscritos en las jornadas que suponía una predisposición a la utilización de las redes sociales de forma masiva para interpelar, para intervenir, para cuestionar lo que se dice en la mesa.
El primer inconveniente es que los expertos universitarios tiene un tiempo cerrado y son afines a un discurso fácil en estos momentos “la universidad necesita independencia política y los recortes ponen en peligro el acceso y la investigación”. En el poco tiempo de intervención los pocos interesados en la participación están a favor de ese discurso, pero el nivel de los ponentes era para poder interperlarles con más incidencia, pero para eso hay que saber y saber ser críticos.
La mayoría de los asistentes son jóvenes universitarios más interesados en los “créditos” que ya han pagado, la otra parte de los asistentes son más expertos universitarios de la casa y con ideas compartidas con los ponentes.
Estos inconvenientes impiden una mayor repercusión y que prácticamente el debate no suscite interés ni dentro ni fuera. Intervención excesivamente largas, pocas intervenciones y también excesivamente largas… el debate no existe, las ideas se dictan desde la universidad y se quedan en la universidad, pero ha llegado el momento de exigir que salga a la calle a convencer de la importancia de la misma, es necesario que salga a la calle para ventilar la naftalina, para buscar implicación y participación de la ciudadanía, es necesario que salga a la calle a azuzar a las exigencias de la ciudadanía, es momento de ponerse enfrente y liderar el cambio.
Esto se logrará si desde ya empieza a organizar eventos creíbles, participativos y abiertos, con repercusión y no porque un alumno pague, los MOOC han abierto la puerta a “lo gratis” así que hay que reinventar las fórmulas para la implicación ciudadana.
Pero entre todo esto llegó Tonucci sin Frato a pesar de eso nos recordó la importancia de la formación de los docentes para mejorar la calidad de la enseñanza, que los recortes inciden en muchas cosas pero donde no debe incidir es en la creatividad porque los alumnos lo demandan, no podemos consentir que en la aulas se siga “matando” la creatividad de los alumnos.
He hablado de Factor U, actividad organizada por la Universidad de Sevilla.