Vivimos en una sociedad donde en un país aconfesional parece normal que la religión cristiana decida sobre las leyes. Vivimos en un país donde los que creen que su verdad es la verdad absoluta y tratan de imponerla al resto. Vivimos en un país en el que parece normal el saqueo, la estafa y la mentira y los fans políticos (¿o los untados?). Vivimos en un país en el que el partido que gobierna lo hace pensando en sólo una parte de los ciudadanos, pensando en esa parte que piensa en religioso. Gobierna para la iglesia católica.