Esto es lo que subyace de la idea de la “Ley de Mejora de la Calidad Educativa”, llamada LOMCE. En este mismo espacio ya se ha hablado de que los políticos lo que quieren es que haya una ley “con su nombre”, de esta manera da la sensación a la ciudadanía que han realizado una reforma.
No será en este momento en el que contribuya al análisis de esta ley que ideológicamente cumple con los compromisos adquiridos con sus votantes.
De lo que me gustaría hablar es de la necesidad de establecer una educación que sirva para las próximas generaciones, algo así como “La Escuela que queremos”, aunque con F. Tonucci mantiene que debería ser la Educación que quieren nuestros alumnos, habría que mantener la educación que queremos dado que se debería entender que la educación a lo largo de toda la vida.
Estamos viviendo una cambio de época que ha de ver cómo sus creativos docentes, independientes y libres con fórmulas imaginativas quienes reformulen leyes educativas dirigidas a EDUCAR a niños y jóvenes, y por qué no decirlo, a los adultos.
Será aquí donde se encuentren las diferencias entre los fines educativos, entre los que creen en una educación para ciudadanos libres e independientes o los que quieren una educación para el trabajo. Es aquí donde podremos establecer las grandes diferencias.
Teniendo en cuenta ambas acepciones, es decir, ciudadanos o consumidores, ¿cuál es el papel de la educación en cada caso?. Vayamos por partes.
Eduquemos consumidores. En los próximos años los que ahora están en la escuela serán los que decidan las modas, las preferencias y las tendencias, es decir, los que se gasten el dinero y los que decidan en qué se gasta el dinero. Por tanto, eduquemos a los consumidores en ser buenos gestores económicos, busquemos consumidores que sepan elegir los buenos productos. Para ello lo que nos interesa desde la escuela es que sepan trabajar bien, que sean ordenados, que cumplan las normas y que sepan administrar su dinero en función de lo que marque la norma. Por ejemplo, ahora qué está de moda, tener pisos, tendrán que ser capaces, unos de construir pisos y a la vez de conocer cómo se gastan su dinero en esos pisos. Por tanto, es necesario que las escuelas formen a mucha gente igual, por tanto, las leyes educativas se diseñan para que se aumente la productividad. Los docentes son los encargados de replicar las fórmulas año tras año, de esta forma los libros de texto no son necesarios renovarlos año a año y no es necesario revisar los contenidos.
Eduquemos ciudadanos. En los próximos años, ante un sistema cambiante, será necesario que la escuela eduque para las situaciones cambiantes, por tanto la educación deberá estar más atenta a las gestiones personales, a las metodologías participativas, a las emociones, a la democracia y las lógicas… se trata de crear leyes para lograr ciudadanos libres, ciudadanos felices.
Unos dirán que una fórmula garantiza el empleo los otros dirán que se trata de ser felices.
Ahora tú eliges.